miércoles, 5 de enero de 2011

Carta abierta a SS.MM. de Oriente

Queridos Reyes Magos:

Puesto que este año he sido bueno o he fingido serlo, tengo unas cuantas peticiones que espero puedan satisfacer.
Hay demasiada incultura en este mundo. ¿No podrían SS.MM. hacer algo al respecto? ¿Tal vez recluirlos en un campo de concentración académica o algún tipo de curso de inmersión intelectual?
También creo que existe demasiado hábito de mala lectura. ¿Sería posible pedir un aparato que impida el parpadeo al mismo tiempo que pase las páginas de los libros ante los ojos?
No me gusta el aspecto de la juventud. Demasiadas modas estrafalarias. ¿Me traerían un decreto-ley que hiciera algo al respecto?
Hay dos edades que no creo que funcionen en esta sociedad: los ancianos y los niños. Puesto que los primeros son incorregibles, ¿esta noche cumplirían mi deseo y, en vez de llevarles carbón a los niños malos, simplemente se los llevarían a un lugar del que no se pudiera volver? Si esto no fuera realizable, ¿podrían símplemente ponerles bozal y correan mientras duermen?
Y finalmente y como mi único deseo material pido mucho dinero, influencias y armas para poder vengarme de todo aquel que en este año me afrente y, ¿quién sabe? tal vez también para los de años pasados.
Espero puedan cumplir si no todas la mayoría de ellas. No estoy muy seguro de si dejarles junto a la comida para SS.MM. y el agua para los camellos un poco de champagne, como años anteriores, -o cava porque este año ha sido dura la crisis-, ya que no sé si son los camellos los que les llevan o SS.MM. los que lo conducen. En cualquier caso lo serviré junto a gaseosa y elijan.
Me despido deseandoles un Feliz Navidad, porque en estas fechas en las que todos descansamos SS.MM. trabajan más que nunca y nadie parece desearselas.
Afectuosamente. Siempre suyo:
Serge

Unos magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo»
-Mateo 2, 1-2-