viernes, 18 de febrero de 2011

Leves reflexiones de pronta recuperación

Parece que una nueva banda ha llegado al barrio. Son los chicos malos de la cultura, reconstructores de un orden que en cierto modo se perdió. Se escandalizan con lo que ven a diario en la calle, en la televisión, en los periódicos. Proponen un fatídico final más propio de 'Las traquinias' de Sófocles.
Califican de buena o mala cultura sin otro criterio más que el suyo propio. No comprenden que los conceptos son tan relativos como el mismo universo. Nada permanece y todo cambia. Lo aceptado hoy será lo rechazado mañana. El dios de la antigua religión será el el demonio de la nueva. La anormalidad en el pasado será normalidad en el futuro. Por ello no se debe hacer proselitismo de la cultura.
Disponiéndolo todo en mismos niveles si sólo lo aceptado por "bueno", es decir lo que educa y moviliza la razón más pura, o más puta -según se vea-, sólo podrían opinar de buena o mala televisión aquellos que tuvieran una gran cultura. Serían aquellos que cada noche se reunen con Heidegger, Dickens, Rubén Darío o Emilia Pardo Bazán. Sin embargo, muchos no lo son. Colocan a los medios de comunicación, la vida pública y cualquier otra exigencia no a cumplir una serie de funciones educativas, sino a trabajar como rancios pensadores con un humor, un ingenio, una firma que sólo a ellos les agrade. Se preocupan más por la cultura de los demás que por la suya propia. No son un público leído y no obstante demandan unos hechos intelectualizados.
Se jalean unos a otros recordándose la seriedad del mundo. Como los peregrinos de Hawthorne ponen una letra escarlata en todo aquello que no es de su agrado. El esparcimiento, la diversión e incluso la vulgaridad son tan cultura -sí, uso un sustantivo como un adjetivo- como lo es un sesudo ensayo de un rancio pensador de chaqueta apolillada y rizado bigote. Esta nueva banda, mucho peor que cualquier grupo callejero, de "pensadores liberados", que sólo ellos parecen haber abierto los ojos como si el mundo en el que vivieran se tratara de una Matrix que oculta la verdad, no son más que un puñado de gente redicha que deberían comprender que a pesar de todo las mayorías son las que imponen las normas. Negarlo es caer en un estado de represión.

Si nos ponemos puristas, sólo las zebras podrán hablar de zoología.
-Miguel de Unamuno-

miércoles, 5 de enero de 2011

Carta abierta a SS.MM. de Oriente

Queridos Reyes Magos:

Puesto que este año he sido bueno o he fingido serlo, tengo unas cuantas peticiones que espero puedan satisfacer.
Hay demasiada incultura en este mundo. ¿No podrían SS.MM. hacer algo al respecto? ¿Tal vez recluirlos en un campo de concentración académica o algún tipo de curso de inmersión intelectual?
También creo que existe demasiado hábito de mala lectura. ¿Sería posible pedir un aparato que impida el parpadeo al mismo tiempo que pase las páginas de los libros ante los ojos?
No me gusta el aspecto de la juventud. Demasiadas modas estrafalarias. ¿Me traerían un decreto-ley que hiciera algo al respecto?
Hay dos edades que no creo que funcionen en esta sociedad: los ancianos y los niños. Puesto que los primeros son incorregibles, ¿esta noche cumplirían mi deseo y, en vez de llevarles carbón a los niños malos, simplemente se los llevarían a un lugar del que no se pudiera volver? Si esto no fuera realizable, ¿podrían símplemente ponerles bozal y correan mientras duermen?
Y finalmente y como mi único deseo material pido mucho dinero, influencias y armas para poder vengarme de todo aquel que en este año me afrente y, ¿quién sabe? tal vez también para los de años pasados.
Espero puedan cumplir si no todas la mayoría de ellas. No estoy muy seguro de si dejarles junto a la comida para SS.MM. y el agua para los camellos un poco de champagne, como años anteriores, -o cava porque este año ha sido dura la crisis-, ya que no sé si son los camellos los que les llevan o SS.MM. los que lo conducen. En cualquier caso lo serviré junto a gaseosa y elijan.
Me despido deseandoles un Feliz Navidad, porque en estas fechas en las que todos descansamos SS.MM. trabajan más que nunca y nadie parece desearselas.
Afectuosamente. Siempre suyo:
Serge

Unos magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo»
-Mateo 2, 1-2-